Musicoterapia en el embarazo

El sonido es algo innato en nosotros, siempre “sonamos”, incluso desde antes de nacer. Emitimos sonido al movernos, al expresar sentimientos y emociones, al respirar... En unas ocasiones sonamos rápido, en otras lento, unas veces fuerte, otras mas suave, pero todos y cada uno de nosotros “sonamos”.

Los sonidos constituyen un importantísimo medio de expresión, comunicación, exploración... desde el nacimiento, e incluso antes del mismo. En esta primera etapa, los sonidos adquieren mucha importancia en la expresión de sentimientos y emociones, de conexión y vínculo con el entorno, etc., y promueven además el desarrollo afectivo, cognitivo y físico.

Además, a través del sonido y de la música vamos a poder expresarnos, comunicarnos y sobre todo en esta etapa del embarazo, vamos a trabajar el vínculo con nuestro bebé por nacer. Esto nos lleva a disfrutar más del embarazo y a la vez, trabajar aspectos que de forma consciente o inconsciente influyen sobre él.



El trabajo musicoterapeútico con esta población abarca desde el período de búsqueda del bebé, el embarazo, y una vez nacido, según las necesidades del bebé o la mamá, se evaluará la posibilidad de continuar con algún tipo de tratamiento si así es requerido.

Los tres focos sobre los que se trabaja son:
  1) El vínculo con el bebé por nacer
  2) El bienestar de la futura mamá
  3) El bebé en gestación

Al hablar de vínculo con el bebé no es exclusivo el vínculo madre-bebé, sino que se incluye también en los talleres grupales a las parejas, y en sesiones individuales, si así es requerido, se trabaja con todo el sistema familiar (padres, hermanos) como una forma de mejorar las relaciones intrafamiliares y de vincular al sistema familiar con el bebé por nacer.

Para trabajar el bienestar de la futura mamá, tenemos en cuenta sus emociones, sensaciones, miedos, fantasías, inquietudes, ilusiones, situación médica... con el fin de ayudarla a vivir esta etapa con menor nivel de angustia y ansiedad. Este trabajo, brinda un espacio en el que promover el cuidado y autocuidado de la mujer embarazada, para que los cambios físicos, mentales, emocionales y espirituales que suceden durante la gestación se vivan de manera más consciente y natural.

Y por último, considero de vital importancia tener en cuenta el desarrollo del bebé durante su gestación. Debemos conocer cómo y cuándo se desarrolla su aparato auditivo, cómo le llegan los sonidos del interior y del exterior para poder estimularlo o calmarlo también después del nacimiento.

Y es que el mundo sonoro del bebé en gestación es muy amplio. Dentro del vientre materno existe un entorno sonoro en el que el bebé está inmerso 24 horas al día. Los sonidos que forman parte de él son ruidos biológicos como el latido del corazón de su madre, la respiración, la digestión, la circulación de la sangre a través de la placenta, la voz materna... 
A medida que el bebé crece aumenta su audición y sobre todo cuando se pone en posición podálica (cabeza abajo), ya que esto le permitirá percibir también sonidos de cierta frecuencia a través de la vibración de los huesos de la cadera de su madre, aumentando así su percepción sonora.

Será de vital importancia contemplar los sentimientos que tiene la madre al escuchar la música, ya que, si la madre disfruta de ella, las hormonas del placer harán que el bebé asocie esa experiencia musical al sentimiento que está transmitiendo su madre al escucharlo.

La Musicoterapia se puede implementar en cualquier momento del embarazo. No es necesario que el bebé tenga desarrollado su aparato auditivo, ya que el primer objetivo será trabajar el vínculo madre-padre-bebé.


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