Duelo y Sociedad (Parte 2)

Continuando con mis reflexiones y  experiencia en torno a la VI Jornada de duelo: Aprendiendo a vivir, celebrada en CIVICAN (Pamplona) durante el pasado 26 de octubre... Si no has leído la primera parte puedes hacerlo aquí: "Duelo y Sociedad: Parte 1"

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Después del la intervención del Dr. Kiko Betelu tomó la palabra Laura Calvo, psicóloga de la Asociación Goizargi, terapeuta familiar y de pareja, para hablarnos del (desde mi punto de vista) importante y necesario papel, que tienen las entidades sociales para informar, educar y brindar apoyo en los procesos de duelo.

Laura nos habló de que el duelo es un proceso social porque lo vivimos en familia, en sociedad y desde luego no es algo ajeno a nosotros. Como sociedad continuamos teniendo "fobia" o "susto" ante la muerte, de ahí nuestra tendencia a ocultarlo. Pero es que, la exclusión aumenta el dolor y sin darnos cuenta de ello y con la intención de proteger (sobre todo en personas mayores y niños), ocultamos y con ello estamos contribuyendo a causar más confusión y dolor. 

En relación a esto, quiero compartir con vosotros/as una experiencia personal que viví hace unos años con mi hijo y que llamó profundamente mi atención.

En febrero de 2017 falleció mi abuela paterna con la que tenía un vínculo especial. Habíamos compartido momentos únicos creando canciones en familia dedicadas a sus hijos, también canciones creadas con sus hijos para ella... en sus últimos momentos de hospitalización pude acompañarla con música y mucha emoción elaborando nuestra despedida... y en su funeral pude volver a despedirme con el corazón y de forma especial para mí. Todo esto me ayudó a quedarme muy en paz cuando ella murió. Asistimos al entierro, en el que mi hijo de 2 años estuvo presente. Se metió la caja en el nicho, lloramos, lanzamos flores y la tierra comenzó a cubrirlo todo con ese sonido ensordecedor que entra hasta los huesos... A los dos días mi hijo jugando y explorando en la naturaleza comenzó de forma espontánea a coger pequeños puñados de tierra y echarlos sobre las margaritas que comenzaban a aparecer en la hierba. Permaneció realizando ese "juego" por mucho tiempo, concentrado en su tarea y  enterrando aproximadamente una docena de margaritas. Yo observaba sin intervenir cómo jugaba a enterrar flores, cómo de forma natural y espontánea estaba procesando ese momento vivido hace dos días y lo reproducía. No fue algo dañino para él,  lo vivió con naturalidad como la vida o las celebraciones de cumpleaños y ese normalizar y ver de forma natural la muerte creo que es uno de esos pasos importantes que como sociedad debemos comenzar a dar.

A. enterrando margaritas

Tras la intervención de Laura pudimos ser conscientes de la importancia de las entidades sociales y en concreto del papel que desarrolla la Asociación Goizargi en la sociedad, entendiendo su misión y forma de trabajo, facilitando a los allí presentes información y pautas.

De su intervención recojo dos frases que creo significativas recordar en torno a este tema: 

Superar el duelo no es olvidar, es poder sentir que lo vivido fue un regalo de la vida.

El amor no acaba con la muerte...

Idoia Sara, maestra que desarrolló  su TFG sobre el tratamiento de la muerte en la escuela. Compartió con nosotros que la escuela como reflejo de la sociedad también está de "susto" y si observamos el currículo escolar desde la etapa infantil a secundaria vemos que no recoge en ninguna de las etapas el tratamiento de la muerte o el duelo como tema o contenido a trabajar en el aula. Y si aparece lo hace de forma muy muy secundaria y en relación a otros temas históricos o sociales como al hablar de transición con la muerte de Franco,  por ejemplo.

¿No os parece algo asombroso y con poco sentido común?

La escuela está transformándose sí, pero.. ¿tal vez despacio en algunas cuestiones?... hay temas transversales que no pueden quedar en manos de la fortuna como es la educación para la muerte. No puede ser que su abordaje en el aula dependa de que en un momento dado un maestro o maestra con mayor sensibilidad y ganas de trabajar el tema le dedique una sesión, dos o con suerte realice un proyecto de trabajo sobre ello.

Además, ¿qué papel tiene la escuela en educar estos temas? Y ¿la familia? ¿estamos preparados como personas o docentes para abordarlo? ¿Cómo hemos vivido o qué contacto hemos tenido cada uno de nosotros personalmente con la muerte y el duelo?? 

Muchos interrogantes que albergan muchas necesidades y vacíos como reflejo de la sociedad. 

Al pensar en toda esta situación, me venía a la mente el proyecto Skolae centrado el tema de la sexualidad. Y me pregunto... ¿Se podría realizar algo similar con el tema de la muerte, creando además esa necesaria formación para los docentes...? 

Bueno, aquí queda la idea... y todos mis interrogantes. Pero desde luego, considero que el cambio social empieza en la escuela para que futuros periodistas, médicos, enfermeras, docentes, policías, panaderos, madres y padres... rompan con mitos y tabúes, y tengan una información más cercana y natural sobre la muerte, permitiéndoles con posterioridad, observarla y abordarla sin miedo e inseguridad desde el espacio de humanidad, respeto y empatía que todos necesitamos.